Son plantas muy populares porque se adaptan tanto al interior como al exterior, aunque en los inviernos demasiado fríos pueden resentirse. Entre las variedades de azaleas, se puede elegir a la salvaje, la doble o la enana, todas ellas en diferentes colores y matices.
Los cuidados son sencillos: el riego tiene que ser suficiente como para mantener la tierra húmeda.
Siempre es mejor utilizar agua de lluvia para evitar el cloro presente en la de la red. Para que las flores sean más fuertes se recomienda usar un fertilizante con alto contenido de fósforo. Elija las plantas que tienen los pimpollos cerrados, porque puede elegir bien el color y las flores le durarán más tiempo. Una vez que haya pasado la temporada de floración, córtele aquellas que quedaron marchitas y las hojas o ramitas secas, para que recobre vigor.
Cuando pasa esta etapa, se recomienda transplantar ia azalea a una maceta donde tenga más espacio para desarrollar las raíces. Un mes y medio después puede empezar a abonar la tierra. Hacia el final de la primavera, ya puede dejarla afuera, en un lugar donde tenga sombra.