Los ladrillos a la vista quedan muy agradables, siempre y cuando estén todos en buenas condiciones. Si se rompió uno de una de sus paredes no dude en solucionar el inconveniente siguiendo estas indicaciones. Para empezar, rompa con un cortafrío el primer ladrillo fisurado y quite los pedacitos, tratando de no romper las juntas. De la misma manera, retire el resto de los ladrillos rotos y pase una brocha gorda para quitar el polvo. Vierta en un cuezo o en cualquier recipiente de plástico duro o hierro un poco de cemento y de cal humedecida con agua. Revuelva hasta obtener una mezcla homogénea.
Moje el hueco de los ladrillos y cubra el fondo con la mezcla. Luego, tome uno de los ladrillos a colocar, humedézcalo con agua, vuelva a distribuir la mezcla en el hueco y acomode el ladrillo nuevo. Para calzarlo bien, vaya golpeándolo cuidadosamente con el mango de un martillo. Ubique el resto de los ladrillos de la misma manera. En el caso de que los ladrillos se bajan por su peso, coloque entre las hileras varillas de madera de uno o dos centímetros de espesor. Deje secar durante unas 48 horas.
Pasado este lapso, quite las varillas y rellene las juntas con la mezcla de cal y cemento y deje secar.
Moje el hueco de los ladrillos y cubra el fondo con la mezcla. Luego, tome uno de los ladrillos a colocar, humedézcalo con agua, vuelva a distribuir la mezcla en el hueco y acomode el ladrillo nuevo. Para calzarlo bien, vaya golpeándolo cuidadosamente con el mango de un martillo. Ubique el resto de los ladrillos de la misma manera. En el caso de que los ladrillos se bajan por su peso, coloque entre las hileras varillas de madera de uno o dos centímetros de espesor. Deje secar durante unas 48 horas.
Pasado este lapso, quite las varillas y rellene las juntas con la mezcla de cal y cemento y deje secar.