Un sistema más moderno es el radiador. Usualmente son de dos tipos: fabricados en hierro (o acero) y los no férricos. Pueden ser directamente caldeados con madera, carbón o gas. El medio de calor puede ser el vapor de una caldera, o agua, a temperatura elevada procedente de un calentador.
Los secretos para aumentar su eficiencia consisten en quitarle la cubierta durante el invierno, como así también dejarlo libre de cortinajes y muebles. Las cortinas colgando sobre los radiadores no sólo representan un potencial peligro sino que además permiten que el calor se escape por las ventanas.
Uno de sus inconvenientes es que gran parte del calor que este artefacto proporciona queda en el área de la pared que lo rodea en lugar de expandirse por toda la habitación. Este efecto puede paliarse en gran medida colocando un panel de reflexión entre la pared y el aparato, con su cara reflectora hacia el ambiente en cuestión. Otra recomendación para concentrar el calor sin tener que aumentar la temperatura del radiador, se relaciona con los artefactos ubicados debajo de las ventanas: ante esta situación la construcción de un alféizar es sumamente útil.
Una manera de lograr que el calor proveniente de los radiadores sea realmente efectivo es colocando papeles de aluminio en la pared detrás de los mismos, de forma tal que el calor rebote dentro de la habitación en lugar de escaparse por el muro. Esto significa un importante ahorro de energía en aquellos radiadores que se encuentran en las paredes extemas.
Los secretos para aumentar su eficiencia consisten en quitarle la cubierta durante el invierno, como así también dejarlo libre de cortinajes y muebles. Las cortinas colgando sobre los radiadores no sólo representan un potencial peligro sino que además permiten que el calor se escape por las ventanas.
Uno de sus inconvenientes es que gran parte del calor que este artefacto proporciona queda en el área de la pared que lo rodea en lugar de expandirse por toda la habitación. Este efecto puede paliarse en gran medida colocando un panel de reflexión entre la pared y el aparato, con su cara reflectora hacia el ambiente en cuestión. Otra recomendación para concentrar el calor sin tener que aumentar la temperatura del radiador, se relaciona con los artefactos ubicados debajo de las ventanas: ante esta situación la construcción de un alféizar es sumamente útil.
Una manera de lograr que el calor proveniente de los radiadores sea realmente efectivo es colocando papeles de aluminio en la pared detrás de los mismos, de forma tal que el calor rebote dentro de la habitación en lugar de escaparse por el muro. Esto significa un importante ahorro de energía en aquellos radiadores que se encuentran en las paredes extemas.