Una canilla que gotea, el depósito del agua para el inodoro que pierde, una llave de luz que se falsea, son pequeños inconvenientes que aparecen cada tanto en casa. Y no siempre podemos llamar a un técnico.
¿Qué hacer? ¿Resignarnos? De ninguna manera. Abrir un espacio entre nuestras ocupaciones habituales, pertrecharnos poco a poco de los elementos necesarios y aprender algunas nociones básicas para solucionar los desarreglos más comunes que se suscitan en la vivienda, no es una empresa imposible de encarar.
Prepararnos para la adversidad
Además del hecho de que nuestros conocimientos, por lo general hacen agua enseguida a la hora de cambiar un cuerito, la idea de encarar por nuestra cuenta los arreglos en el hogar, choca inmediatamente con la realidad de la falta de herramientas. Antes de comprarlas, conviene tener presente algunas pautas.
En primer lugar, no es necesario pretender de entrada tener un taller completo. Conviene ir comprando de a poco, un mínimo de herramientas indispensables, adecuadas indistintamente para diversas clases de trabajos y con el correr del tiempo, ir completando el equipo.
Tampoco hay que dejarse tentar por las sofisticaciones, que, dada la inexperiencia que uno tiene al principio, probablemente no aportarán ningún beneficio. Las herramientas más durables y de calidad adecuada al uso poco intensivo que uno le dará en la casa, no necesariamente son las mas caras.
¿Qué hacer? ¿Resignarnos? De ninguna manera. Abrir un espacio entre nuestras ocupaciones habituales, pertrecharnos poco a poco de los elementos necesarios y aprender algunas nociones básicas para solucionar los desarreglos más comunes que se suscitan en la vivienda, no es una empresa imposible de encarar.
Prepararnos para la adversidad
Además del hecho de que nuestros conocimientos, por lo general hacen agua enseguida a la hora de cambiar un cuerito, la idea de encarar por nuestra cuenta los arreglos en el hogar, choca inmediatamente con la realidad de la falta de herramientas. Antes de comprarlas, conviene tener presente algunas pautas.
En primer lugar, no es necesario pretender de entrada tener un taller completo. Conviene ir comprando de a poco, un mínimo de herramientas indispensables, adecuadas indistintamente para diversas clases de trabajos y con el correr del tiempo, ir completando el equipo.
Tampoco hay que dejarse tentar por las sofisticaciones, que, dada la inexperiencia que uno tiene al principio, probablemente no aportarán ningún beneficio. Las herramientas más durables y de calidad adecuada al uso poco intensivo que uno le dará en la casa, no necesariamente son las mas caras.