Una heladera con ojos

Por su parte, los ingleses no se han quedado rezagados en crear aparatos que logren hacer más confortables las tareas de la casa. Han desarrollado una heladera que a través de un escáner con código de barras instalado en la puerta del refrigerador, avisará cuándo se está por terminar o vencer alguno de los alimentos almacenados dentro, desde pan, frutas y verduras, hasta gaseosas, queso rallado, mermelada o mayonesa.

Este sistema ya ha sido bautizado por los investigadores, quienes acordaron una denominación común bajo una única sigla y en inglés: RFID (Identificación de la Frecuencia de Radio). Los prototipos están siendo desarrollados por distintas empresas y se estima que su uso se estandarizará en pocos años a partir del momento en que empiecen a comercializarse. Bill Gates, ni lerdo ni perezoso, ya está pergeñando un nuevo programa de Microsoft que podrá ser aplicado en estos artefactos para el hogar que harán furor en el próximo milenio.

Cuál es la heladera correcta

En el momento en el que necesite renovar la heladera tenga en cuenta estos datos para escoger la más indicada para su casa. Para una pareja, el modelo más pequeño es el de 170 litros, aunque puede servir una de 140 si ambos permanecen gran parte del día fuera de casa. Luego hay que sumar al menos 30 litros por cada integrante de la familia.

Elegir un congelador o freezer grande o priorizar el tamaño de la parte de abajo dependerá del uso que le dé cada familia y de la frecuencia con la que se hacen las compras.

Organizar la heladera

El empleo apropiado de los diversos sectores es indispensable para economizar espacio y evitar que se estropeen los alimentos:

En el congelador se guardarán los alimentos congelados y los platos helados.

Las carnes, la caza y el pescado se colocarán debajo del congelador, en cubetas de plástico.

En los estantes o bandejas se dispondrán las carnes saladas o previamente cocidas.

Las botellas, siempre tapadas, se alojarán en la contrapuerta, así como también la leche y la mantequilla.

Los alimentos líquidos se guardarán siempre en recipientes cerrados o bien tapados, para evitar la absorción de olores.

Los embutidos, el pescado y los quesos se guardan envueltos en papel de aluminio.

El ama de casa regulará la temperatura del frigorífico, según las necesidades y según la época del año, mediante el mando correspondiente.

Los alimentos conservados a temperaturas muy bajas han adquirido un lugar bien definido en la alimentación: pescados y legumbres, congelados y conservados, mantienen sus virtudes en cuanto a frescura y sabor. Para ello ha sido necesario obtener mediante congeladores especiales 18° bajo cero, que es precisamente la temperatura mínima de conservación de los productos congelados.

En tanto que las tiendas del ramo se han modernizado rápidamente con la adquisición de uno o más supercongeladores, sólo los frigoríficos más modernos (y más caros) están dotados de una cámara capaz de conseguir —18°; el congelador de un frigorífico normal no desciende a más de 4 ó 5o bajo cero.