Si usted lo elige simplemente por el color, se está equivocando. De esa decisión dependen desde sus futuras jaquecas hasta los dolores de espalda.
Después de algunos años de uso, los colchones pueden, además de resultar pésimos para nuestra columna, ser enemigos de la pareja. No hay nada más desalentador que un colchón en el que se ha formado una especie de "pirámide " en el medio (generalmente aparece en las parejas que suelen dormir espalda con espalda y mirando cada uno para un lado distinto). Aunque tampoco suelen ser muy románticos aquellos que nos obligan a aplastamos contra nuestro compañero, como consecuencia de un inabordable agujero. Pero no sólo los años producen estragos, la compra de un colchón inadecuado puede ser el responsable de que no estemos descansando correctamente.
Durante la noche los seres humanos cambian de postura alrededor de cincuenta veces. En estos movimientos, las vértebras cervicales, lumbares y dorsales se contraen y se reacomodan. Un colchón debe permitir que éstas se introduzcan sin forzar, para evitar desagradables malestares diurnos.
El Doctor Alfredo Di Virgilio, médico especialista en traumatología, explica que: "el colchón sobre todo no tiene que ser blando. Debe estar bien armado para evitar malas posiciones o la formación de posturas viciosas durante la noche".
Después de algunos años de uso, los colchones pueden, además de resultar pésimos para nuestra columna, ser enemigos de la pareja. No hay nada más desalentador que un colchón en el que se ha formado una especie de "pirámide " en el medio (generalmente aparece en las parejas que suelen dormir espalda con espalda y mirando cada uno para un lado distinto). Aunque tampoco suelen ser muy románticos aquellos que nos obligan a aplastamos contra nuestro compañero, como consecuencia de un inabordable agujero. Pero no sólo los años producen estragos, la compra de un colchón inadecuado puede ser el responsable de que no estemos descansando correctamente.
Durante la noche los seres humanos cambian de postura alrededor de cincuenta veces. En estos movimientos, las vértebras cervicales, lumbares y dorsales se contraen y se reacomodan. Un colchón debe permitir que éstas se introduzcan sin forzar, para evitar desagradables malestares diurnos.
El Doctor Alfredo Di Virgilio, médico especialista en traumatología, explica que: "el colchón sobre todo no tiene que ser blando. Debe estar bien armado para evitar malas posiciones o la formación de posturas viciosas durante la noche".
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