El mueble que generalmente predomina en la cocina tradicional es la despensa, que, con sus diversos estantes; compartimientos, da cabida a la mayor parte de los platos y recipientes. La utilización de este mueble depende del espacio disponible, de los objetos que deben guardarse en él y del sistema elegido para poner orden.
Es aconsejable, sin embargo, tener en cuenta ciertas reglas, tanto al elegir un armario como al proceder a su organización interna. Ante todo, conviene que los anaqueles con cajones y los elementos de mayor tamaño se coloquen abajo, y que el volumen'de la despensa quede atenuado, alternando estantes abiertos con anaqueles cerrados.
Hoy en día es posible construir el mueble despensa según el capricho de cada uno, mediante elementos que se sobreponen entre sí, abiertos, cerrados o protegidos por vidrio. El fondo de los estantes abiertos puede animarse con papel de colores vivos.
Las mesitas-bandejas pueden utilizarse como si fuesen cajones, ya que están provistas de un borde que permite asirlas en el momento de extraerlas, y, al propio tiempo, sirven para guardar cubiertos, platos, vasos y fuentes.
Los ganchos son útiles, después de fijados debajo de los estantes superiores de los anaqueles, para colgar de ellos tazas y tacitas. Los cajones bandeja son poco profundos pero están divididos en compartimientos para guardar los cubiertos.
El ama de casa que elija un sistema de anaqueles superpuestos para arreglar la cocina, debe tener presente que los elementos de este armario pueden ser utilizados como tabiques de separación, si se desea aislar un ángulo de trabajo o disimular los fogones.
En este caso, será preciso disponerlos en forma de columna, eligiendo preferiblemente elementos que puedan abrirse por ambos lados. Es aconsejable que el grueso de la repisa sea considerable, para ofrecer un sólido punto de apoyo.
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