El primer espejo vino de un volcán

Fiel aliado de las mujeres, el espejo viene reflejando cuerpos y rostros deseosos de aceptación, desde hace varios miles de años.

El primero fue realizado en un disco pulido de obsidiana (un mineral laminado de procedencia volcánica) que en la Edad Antigua, sirvió para que la gente de aquel tiempo reflejara sus caras.

Años más tarde, las mujeres prefirieron los espejos realizados en oro. plata, cobre y bronce que también fueron uitilizados como objetos decorativos en los templos.

También se sabe que hace cuatro mil años -en Egipto-, portar un espejo con mango decorado era, sin duda, el mayor símbolo distintivo de femineidad.

Por fin, el espejo de cristal llegó al mundo mediterráneo gracias a los fenicios, quienes debieron luchar contra el gusto de las mujeres que elegían los metálicos. Recién en el siglo XVII, comenzó a ser corriente el uso del espejo tal como lo conocemos en la actualidad.

Reparaciones hogareñas

Si bien los pequeños arreglos pueden hacerse en casa, con un poco de tiempo y paciencia, hay otros que requieren los servicios de un profesional. Para que esta experiencia esté libre de inconvenientes, tenga en cuenta estas sugerencias.

Si se trata de algún artefacto, chequee si está vigente la garantía. Si no fuera asi, será preciso que consulte a la empresa para ver si, a pesar de eso, puede realizar el service, siempre el fabricante conocerá mejor las posibles soluciones a su problema.

Para otro tipo de servicios —pintura, plomería— conviene pedir presupuestos por escrito para comparar costos; en algunos casos, pida por adelantado ios materiales que necesitará el profesional y encargúese usted de comprarlos: esta prevención puede reducir sensiblemente el monto total del trabajo.

Tenga la precaución de llamar siempre a personas que posean una matrícula profesional y, en lo posible, también buenas referencias.

Seguridad en el baño

Ciertas áreas de la casa son más proclives que otras a los accidentes. Para prevenirlos hay que tomar algunas precauciones adecuadas a las necesidades de cada ambiente. En el baño hay que prestar atención a los siguientes puntos:

Alfombras: utilice alfombras antideslizantes para el piso de la ducha o la bañera.

Agarraderas: ponga jaboneras con manija, que brindan seguridad extra para evitar caídas. Si el baño ya está hecho y no cuenta con ellas, coloque una o varias barras atornilladas a la pared.

Mampara: conviene que la mampara sea de vidrio templado o de acrílico para impedir que se astille en caso de que se rompa.

Calefacción: si necesita poner una estufa eléctrica, colóquela fija en un lugar alto y alejado de la bañera para evitar el contacto de la corriente eléctrica con el agua.

Calefón: algunas casas antiguas lo tienen en el baño. De ser posible, retírelo de allí y múdelo a la cocina o al lavadero.

Si no puede realizar la modificación por el momento, hágalo revisar por un gasis-ta matriculado y procure que haya siempre una buena ventilación.

Inodoro: si tiene niños pequeños, mantenga cerrada la tapa del inodoro para evitar que se caigan adentro.
Aunque parezca increíble, hay muchos casos de ahogo por ese motivo.

Botiquín: no deje al alcance de los niños elementos cortantes o medicamentos. Prefiera lugares altos para guardarlos.

Telas delicadas impecables

Las prendas con transparencias y brillos, tan de moda por estos días, están confeccionadas con géneros especiales que requieren ciertos cuidados al lavarlos y plancharlos. Para que se conserven impecables siga estos consejos.

Como medida general, tenga en cuenta que el lame, el lúrex y el crepé georgette es mejor limpiarlos a seco. El resto de los géneros, como el encaje, el tul, la seda y las gasas pueden lavarse a mano con agua tibia casi fría y con jabón especial para ropa fina.

Se aconseja dejarlas secar a la sombra, colgadas en perchas forradas. En cuanto al planchado, debe hacerse siempre con un trapo húmedo sobre el género colocado del revés y con la plancha en temperatura muy tibia. Igualmente pruebe antes la resistencia de la prenda en algún ángulo no visible.

Además de estos consejos generales, algunas texturas necesitan técnicas especiales para su lavado y planchado.

• Encaje: sobre todo si es antiguo o de algodón hay que hilvanarlo con puntadas sueltas a una tela, ponerlo dentro de una bolsa de genero y luego sumergirlo en agua con jabón; enjuagarlo y dejarlo secar extendido sobre una toalla; así no se deformará.

• Tul: lavarlo como se indica en los consejos generales pero en el último enjuague puede mojarse con una solución débil de almidón, para el tul de algodón, o de goma arábiga, para el tul de nylon, así obtendrá caída.

• Seda: esta textura se lava al igual que las otras, pero para que no se quiebre ni le queden marcas hay que evitar frotarla cuando está húmeda. Es muy importante lavarla después de cada vez que se use para que no se percuda.

Empapelado del friso

El friso suele ir empapelado a juego con el techo. Mida su altura y añada 5 cm. Corte el mismo número de piezas que tiras precisaría para empapelar las paredes.

Encole cada pieza y cásela con el papel del techo en su esquina superior derecha. Alise las piezas con el cepillo y recorte lo que sobre.

Empapelado alrededor de la instación de luz

Marque cada tira a medida que progrese el trabajo. Cuando llegue a un punto de luz, efectúe el corte en forma de estrella para poder pasar la tira alrededor del obstáculo, con objeto de continuar hasta pegarlo del todo.

Si lo prefiere, busque el centro del punto de luz, y haga dos cortes hasta él: uno en la dirección en que está aplicando el papel y el otro formando ángulo recto con el primero. Coloque la tira de papel en su posición, presionando las partes contiguas a los cortes y rematando el orificio del obstáculo.

Colocar empapelado del techo

Dejando la línea guía a su izquierda, coloque el papel. Desdoble el primer pliegue, manteniendo el acordeón próximo al techo, y alíselo desde el centro hacia los bordes en su posición definitiva. Corra la escalera y vaya desdoblando y pegando nuevos tramos de papel.

Una valiosa ayuda para sujetar el papel sin tener ocupadas las manos consiste en apuntalarlo con un listón vertical y otro horizontal contra el techo.

En el ángulo que forman las paredes con el techo, pegue fuertemente el papel y señale el doblez con el dorso de las tijeras. Despegue con cuidado un trozo y corte poco a poco el borde, dejando un margen de 6 mm, para pegarlo de nuevo en su posición.

Empapelado de techos

Cálculo de materiales
Deberá hallar el área del techo, multiplicando su largo por su ancho, y comprar el número de rollos necesario para cubrir dicha área. Los fabricantes de papeles indican la capacidad de cobertura de sus productos.

Colocación
Comience a trabajar junto a la ventana principal y prosiga en dirección opuesta a ella. Con ello conseguirá que las juntas queden en sombra y por lo tanto menos visibles. Trace una línea guía para colocar el primer largo marcando a lápiz el ancho del papel a partir de una esquina, y la misma medida al lado opuesto de la habitación; conecte los dos puntos con una línea.

Mida y corte el papel dejando un sobrante de 50 mm para los recortes de los bordes. Prepare de antemano todas las tiras que precise para cubrir la pared.


Encolado

Encole el papel como se ha explicado para las paredes, pero dóblelo a modo de acordeón. Encole la primera tira, doble un extremo en un pliegue de 30 cm, doble a continuación por encima los 60 cm siguientes y desdoble el primer pliegue de 30 cm. Repita la secuencia de plegado hasta llegar a los 60 cm finales. Sujete todos los pliegues por la mitad como si la tira fuera un acordeón.

Sujete el conjunto con un trozo de listón de madera o un tubo de cartón para levantarlo hacia el techo.

Techos iluminados

Una forma efectiva y decorativa de bajar techos o de disimular los que no son bonitos, consiste en instalar una iluminación interesante en ellos.

La instalación se suele efectuar con tubos fluorescentes, porque los paneles de PVC suelen absorber el 50 por ciento de la luz emitida.

Antes de fijar uno de estos techos, debe limpiar concienzudamente el original, y forrarlo con lámina de aluminio o pintarlo al esmalte, ya que estas superficies contribuirán a reflejar la luz hacia abajo.

El revestimiento de lámina de aluminio debe pegarse con una pasta fungicida. El área situada por encima de los paneles, en especial si se trata de cocinas u otras habitaciones húmedas, puede ser un campo de cultivo para los mohos.

Revestimientos en paneles para techos

Estos revestimientos suelen llevar juntas machihembradas y, por regla general, se fijan a una estructura de listones de madera blanda, montada específicamente para recibirlos. Fije los listones a las vigas del techo.

En caso de que tenga que hacerlo, efectúe las uniones con cortes en forma de "V". Utilice clavos sin cabeza de 25 mm y dispóngalos a intervalos de 30 cm y de 15 cm en los bordes. Por regla general este trabajo se hace entre dos personas, aunque cabe también la posibilidad de sujetar los paneles mientras se están clavando, por el procedimiento descrito para empapelar techos.

En lugar de tablas machihembradas pueden utilizarse tablones de bordes rectos de tarima o de PVC. Los de este último material se fijan con clavos de cabeza perdida a los listones a través de las ranuras, o directamente a las vigas.

Los tablones de madera pueden fijarse, oblicuamente, a lo largo o a lo ancho del techo, sobre estructura de listones.

Todos los revestimientos de madera deben acondicionarse a la habitación antes de su colocación. Lo ideal es que permanezcan en ella durante unos siete días.

Los tableros aislantes, y los de aglomerado también son adecuados para revestir techos, y se colocan por regla general sobre estructuras de listones.