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martes, 23 de agosto de 2011

CÓMO RENOVAR EL TAPIZADO Y EL RELLENO DE UNA SILLA O SILLÓN


Es prudente advertir, en primer lugar, que se trata de un trabajo bastante laborioso y minucioso, que requiere en consecuencia mucha habilidad manual y más paciencia todavía.

Materiales precisos:


Un pie de cabra (o en su defecto un formón), un martillo de tapicero y otro martillo pequeño, un par de alicates, un buen par de tijeras, un berbiquí manual o eléctrico, clavitos de tapicero, 100 gr de clavos rectos e igual cantidad de clavos curvados, chinchetas, muelles, crin animal o goma espuma, tela de cáñamo y tela de yute.

Procedimiento:

Es buena precaución, al iniciar la tarea, tomar nota de todas las operaciones que se vayan efectuando, en sus más pequeños detalles, ya que deberán repetirse en orden inverso al volver a montar el mueble.

Se empezará por quitar con gran cuidado los clavos decorativos y los galones que cubren los clavitos de tapicero, los cuales sujetan el viejo tapizado y a su vez deberán ser quitados con igual atención. Ya despegado el tapizado, usarlo como patrón para cortar el nuevo; es conveniente dar a este último un par de centímetros más por cada lado. Se repetirá la operación con la entretela, cortando otra nueva en el caso de que también precise renovación.

Quedará así al descubierto el relleno:

Si el sillón es antiguo, conviene dejar al descubierto la madera del asiento; el relleno del respaldo, generalmente más sólido y mejor conservado, quizá no sea necesario cambiarlo.

Una vez descubierta la madera, se limpia y pule. La base y las patas serán reforzadas por medio de pequeños ángulos de madera, que se untarán con cola de carpintero y se introducirán en las ranuras correspondientes por medio del martillo.

Se taparán todos los agujeros pertenecientes a los clavos anteriores para evitar que debiliten el mueble. Seguidamente, se pasa sobre la madera una muñeca con esencia de trementina mezclada con un poco de aceite de linaza.



domingo, 21 de agosto de 2011

Decoración y tapizados


Cuando la casa está decorada con gusto y contiene muebles que, sin revestir especial valor, resultan cómodos y agradables, no será difícil la elección adecuada de las telas y es posible actuar con cierta libertad, con la salvedad de tener siempre presente que no han de usarse telas recargadas y que es mejor recurrir al chantún (aun mezclado con seda y tramas de diversa intensidad), al raso más o menos opaco o al terciopelo o pana lisos...

Se encuentran hoy tejidos de esta clase a base de fibras de muy larga duración, de fácil lavado y, a menudo, tratadas con un sistema «antimanchas», que permite aconsejarlas incluso para las habitaciones de los niños. Para la tapicería de un mobiliario moderno son aconsejables, entre la diversidad existente, los siguientes:

1) Tejido con efectos difuminados y tornasolados, de fibra sintética. Es adaptable a toda decoración, aun la tradicional, y apto para sillas, sotas y cortinajes.

2) Tejido de trama gruesa, con discreto dibujo escocés y diversos colores, también de fibra sintética. Su aspecto algo rústico lo hace particularmente adecuado para el tapizado de muebles modernos de líneas angulares incluso si son lacados.

3) Chantún de fibra de algodón y seda espesa, de trama gruesa. Es un tejido de múltiples posibilidades, que puede aplicarse a una decoración de corte tradicional (hasta con muebles antiguos auténticos), así como a una estancia de más actual sabor, y también para cortinas.

4) Tejido tipo raso, de color uniforme, confeccionado con fibra brillante, muy apto para cortinas, tapizado de muebles y cabeceras de camas.

Quienes así lo deseen pueden tapizar también los muebles estilo Luis Felipe con seda, terciopelo, lana o algodón glacé (a veces a franjas de diversos tejidos, unas mates y otras brillantes) ya naturales, ya confeccionados con fibras sintéticas.

jueves, 18 de agosto de 2011

TAPICERIA Y RELLENO DE MUEBLES


Cuando algunos o todos los muebles del hogar revisten particular valor, ya sea por su antigüedad o por la calidad de su material y factura, las diversas telas utilizadas para tapizarlos deberán corresponder también a su categoría.

He aquí unos cuantos ejemplos:

1) Terciopelo labrado o seda recamada, con motivos florales, amorosos o musicales: adecuado para tapizar sillas, sillones y divanes en el estilo de los siglos xvII y xvIII, y en especial para muebles y cortinajes tipo Luis XV.

2) Terciopelo de algodón o pana con colores delicados sobre fondo rosa: muy apropiados para decoraciones refinadas e ideales para sillas y sillones de estilo francés Luis XIV (con motivos pastoriles y arabescos) y Luis XV (con motivos florales); y, en general, para toda clase de muebles de las mismas épocas y estilos, pero siempre de alta categoría, incluso dorados.

3) Lampatán, tejido de seda chino o bien su imitación, con motivos florales de inspiración Luis XV (son clásicas las coronas de sarmientos y bucles rodeando el ramo de flores). Apto para muebles de nogal.

4) Tejido adamascado de seda o lana, con motivos florales casi monocromos, lo que facilita su conjugación con los demás colores ambientales, aunque éstos sean más vivos. Como los tejidos precedentes, son adaptables a todos los muebles antiguos de valor.




martes, 16 de agosto de 2011

RADIO - TELEVISIÓN


El aparato radiofónico ha representado durante años el medio de difusión más popular, hasta el punto de estar presente en todas las casas. A través de la radio, generaciones enteras han seguido espectáculos, programas teatrales, conciertos y noticiarios.

Hoy existen aparatos de radio de todas las formas y dimensiones; los más pequeños funcionan con pilas y, por lo tanto, son independientes de la instalación eléctrica. Sus dimensiones van desde el aparato no mayor que un paquete de cigarrillos, hasta el mueble de madera noble de gran fidelidad sonora. Sus precios, aunque dependen del modelo y de la calidad, se mantienen, como promedio, en una escala accesible para todos.

Realización posterior a la radio es la televisión, que utiliza las propiedades sonoras del aparato radiofónico y las integra con ondas visuales que reproducen la imagen. Restringido en sus primeros tiempos a un núcleo muy reducido de personas, debido a su precio exorbitante, el televisor ha entrado ya en casi todas las casas y representa la diversión menos costosa y más cómoda para una familia.

Como la radio, la televisión presenta una posibilidad de elección entre varias emisoras, número que varía según los países, lo que permite seleccionar programas entre los diferentes canales. Hay aparatos, verdaderas joyas de la técnica moderna, que pueden regularse a distancia mediante mandos especiales,'lo que permite cambiar de canal o reducir el volumen sin moverse de la butaca; en cuanto al televisor con imagen en colores, aparte de su precio todavía prohibitivo para la masa, está sujeto a técnicas especiales de emisión aún poco difundidas.

Decir que el televisor anula las distancias puede parecer una frase hecha, pero ello no impide que sea cierta. En nuestros días, las conexiones por televisión entre ambos hemisferios son un hecho, y ello permite que, en pocos segundos, el público se entere de noticias que antes llegaban con tal retraso que carecían ya de todo interés.

Verdadero dechado de comodidad son los pequeños televisores portátiles, que funcionan con pilas y permiten la recepción de imágenes en cualquier lugar y situación.

Por último, hay televisores que, en vez de tener una pantalla incorporada, proyectan las imágenes directamente sobre una pantalla mural de grandes dimensiones, para lo cual basta con regular debidamente la distancia.


domingo, 14 de agosto de 2011

Organizar la heladera


El empleo apropiado de los diversos sectores es indispensable para economizar espacio y evitar que se estropeen los alimentos:

En el congelador se guardarán los alimentos congelados y los platos helados.

Las carnes, la caza y el pescado se colocarán debajo del congelador, en cubetas de plástico.

En los estantes o bandejas se dispondrán las carnes saladas o previamente cocidas.

Las botellas, siempre tapadas, se alojarán en la contrapuerta, así como también la leche y la mantequilla.

Los alimentos líquidos se guardarán siempre en recipientes cerrados o bien tapados, para evitar la absorción de olores.

Los embutidos, el pescado y los quesos se guardan envueltos en papel de aluminio.

El ama de casa regulará la temperatura del frigorífico, según las necesidades y según la época del año, mediante el mando correspondiente.

Los alimentos conservados a temperaturas muy bajas han adquirido un lugar bien definido en la alimentación: pescados y legumbres, congelados y conservados, mantienen sus virtudes en cuanto a frescura y sabor. Para ello ha sido necesario obtener mediante congeladores especiales 18° bajo cero, que es precisamente la temperatura mínima de conservación de los productos congelados.

En tanto que las tiendas del ramo se han modernizado rápidamente con la adquisición de uno o más supercongeladores, sólo los frigoríficos más modernos (y más caros) están dotados de una cámara capaz de conseguir —18°; el congelador de un frigorífico normal no desciende a más de 4 ó 5o bajo cero.


jueves, 11 de agosto de 2011

FRIGORÍFICOS - SUPERCONGELADORES - HELADORAS


Sin duda, nos hallamos ante el más difundido de los aparatos electrodomésticos, cuya gama de marcas y modelos lo hacen accesible a las posibilidades económicas de casi todo el mundo. No es aconsejable el aparato demasiado pequeño, puesto que su objeto principal es el de permitir la provisión de alimentos en gran cantidad, reduciendo así el numero de visitas a las tiendas y economizando tiempo, fatiga y dinero.

Será oportuno, por lo tanto, adqumr un frigorífico grande cuando los menús se dispongan con gran anticipación, y por lo tanto haga falta conservar buen número de productos; en cambio, para el ama de casa que efectúa su compra a diario, un modelo de tamaño reducido puede resultar suficiente.

La estructura de un frigorífico es siempre la misma, ya sea grande, pequeño o mediano. En la parte superior está el congelador, y debajo de éste, aunque no en contactó directo, hay un sector destinado a la conservación de carnes, pescado y salazones; en la parte inferior se halla un recipiente para frutas, verduras y legumbres.

martes, 9 de agosto de 2011

PLANCHAS


Hay numerosos modelos, cada uno de los cuales posee una función bien precisa. El más conocido es la plancha eléctrica, en seco o de vapor, con graduación automática de la temperatura en función del tipo de tejido. Consta de una base de acero cromado inoxidable, al cual va aplicado un mango de resina sintética, perfecto aislante de la corriente eléctrica y del calor. En la elección de una buena plancha, se tendrán en cuenta ciertas características particularmente útiles:

La base debe presentar unas dimensiones que permitan planchar grandes superficies con una cierta rapidez.

La plancha no ha de ser excesivamente pesada, a fin de permitir un trabajo rápido y sin fatiga; la empuñadura ha de estar bien estudiada para que pueda asirse con seguridad.

La plancha de vapor resulta particularmente útil cuando el ama de casa no dispone de tiempo para humedecer la ropa.


domingo, 7 de agosto de 2011

LAVADORAS Y SECADORAS


La máquina de lavar la ropa es el auxiliar más práctico de la mujer. Para una familia de cuatro a seis personas recomendamos una lavadora capaz de admitir de cuatro a cinco kilos de ropa. Los sistemas a turbina o a tambor son igualmente eficaces.

Secadoras

Son máquinas que perfeccionan y completan las funciones de la lavadora. La ropa húmeda es colocada en un tambor, muy similar al de una lavadora, en el que circula aire caliente y cuya temperatura, previamente programada según la clase de tejido, permite un secado rápido.


Cepillos eléctricos

Están provistos de cerdas naturales o de nilón que, al quedar magnetizadas por el paso de la corriente eléctrica, adquieren un intenso poder de absorción del polvo. Resultan muy útiles para la limpieza de los trajes, así como para la de cortinajes, sillones y sofás.

Los modelos de vapor son particularmente adecuados para cepillar las prendas antes de plancharlas, puesto que distribuyen automáticamente la dosis exacta de humedad necesaria para obtener un buen planchado.

viernes, 5 de agosto de 2011

CALENTADOR DE AGUA


En muchas casas antiguas el agua caliente era suministrada bien por un circuito que pasaba por la caldera de la calefacción, o bien por un serpentín anexo a la cocina «económica». Naturalmente, cuando la calefacción o la cocina no estaban encendidas, no se disponía de agua caliente, excepto una cierta cantidad que quedaba almacenada en un depósito aislado, tipo termo.

Ahora, el ama de casa dispone de agua caliente al instante, a cualquier hora, gracias a los sistemas de calentadores eléctricos o a gas.

De los primeros hay dos tipos: el de depósito de reducida capacidad (3 a 10 litros) provisto de una resistencia eléctrica, que debe desconectarse una vez calentada el agua a la temperatura deseada. El otro tipo es de más capacidad (hasta de cien y más litros) y también va provisto de una resistencia eléctrica, pero además lleva un termostato que se encarga de desconectar aquélla cuando el agua ha llegado a la temperatura prevista (70 u 80°). Como este calentador va aislado, conserva mucho tiempo la temperatura, y cuando ésta baja, el termostato se encarga de volver a conectar la resistencia hasta elevar otra vez la temperatura del agua.

Más económico de consumo resulta el calentador a gas. En éste hay encendida una pequeña llama piloto. Cuando se abre el grifo del agua caliente, una membrana en el calentador abre la llave de paso del gas a los quemadores del calentador, que son encendidos por la llamita piloto. Al cerrarse el grifo, la membrana cierra la llave del gas, quedando sólo la llamita piloto, lista para el próximo servicio. La temperatura del agua puede graduarse a comodidad.

miércoles, 3 de agosto de 2011

MÁQUINA LAVAPLATOS


Las de más reciente concepción lavan toda clase de vajilla y cristalería. Son de gran utilidad, sobre todo en casas con numerosos miembros de familia, aunque los precios de las más completas aún resultan más bien elevados.

Se componen de una especie de armario provisto de diferentes cestillos, destinado cada uno a acoger las distintas piezas de la vajilla y la cristalería. Unos depósitos especiales almacenan el detergente, que se dosifica automáticamente durante el lavado.

Este puede programarse, aunque acostumbra a consistir en un enjuague previo con agua fría, un lavado normal de media hora con agua a 70° y detergente, y un aclarado final. Si se han puesto cubiertos muy sucios, cacerolas, ollas o paellas, se programa una operación de lavado más intensiva.

Luego la máquina se para sola, y hay quien deja en ella los utensilios lavados hasta la próxima comida. Debe cerrarse bien la puerta de la máquina antes de ponerla en marcha, para evitar escapes de agua. Algunas llevan un dispositivo que impide la puesta en marcha si no se ha cerrado bien.

Los diseñadores consiguen modelos tan estéticos que dan realce a cualquier cocina moderna, donde acostumbra a instalarse cerca del fregadero.